Las abejas productoras de miel de cannabis

Unos pocos meses atrás, Nicholas Trainerbees (un apicultor, no su nombre real) acaparó los titulares cuando enseñó al mundo su cosecha de miel obtenida por unas abejas que habían sido entrenadas para trabajar con plantas de cannabis. Nicholas enseña las nuevas abejas a recoger la resina del cannabis y llevarla a la colmena; las entrena durante una hora cada día y cuenta que las abejas "pierden mucha resina" durante el proceso.

En un principio, muchos eran escépticos y afirmaban que las abejas solo visitan plantas para obtener néctar para la fabricación de la miel. Cuando las abejas recogen néctar, se lo comen; dentro de su estómago, los enzimas convierten el néctar (solución sacarosa principalmente) en glucosa y fructuosa. A continuación, la abeja regurgita este jarabe de glucosa/fructuosa en la colmena y lo guarda en el panal; a esto lo llamamos miel, y la miel permite que la colonia de abejas sobreviva al invierno.

Sin embargo, el cannabis no produce néctar y, por ello, muchos afirmaron que era imposible que las abejas trabajaran con el cannabis. Pero estaban equivocados. Mientras las abejas tengan una fuente energética de carbohidratos en su dieta, recogerán resina cérea de plantas como el cannabis e, incluso, flujos de savia de los árboles.

Las abejas hacen mucho más que miel, y necesitan mucho más que solo néctar para sobrevivir. Utilizan las glándulas de resina de cannabis (tricomas) para crear ‘propolis’, un material resinoso polivalente utilizado a través de varias superficies y en el panal de la colmena. Una vez entrenadas, utilizan la resina del cannabis como parte de su rutina diaria; esta resina penetra en toda la estructura de la colmena y, en consecuencia, también en la miel. El análisis de la miel muestra 30 mg de THC por cada 10 gramos de miel. Esta miel de cannabis es de un color verdoso; en Dutch Passion tuvimos la suerte de que Nicholas nos diera un pequeño tarro para probarla. Es dulce igual que la miel normal, pero con un sabor a cannabis recién recolectado, algo que tiene sentido dado que el cannabis no tuvo tiempo de secarse antes de que las abejas obtuvieran la resina. Fue una delicia para cualquier aficionado al cannabis. El colocón que conseguimos de aquella pequeña muestra de miel de cannabis no fue muy potente, pero Nicholas nos explicó que con un par de cucharadas se consigue un excelente efecto.

Las abejas, a diferencia de los mamíferos, no tienen un sistema endocanabinoide; por ello el cannabis no las afecta y no se "colocan". Para ellas, otra materia prima más.

Los vídeos y las fotos muestran las abejas recogiendo la resina de la superficie de las plantas de cannabis para crear propolis. Nicholas utiliza la variedad Californian Orange de Dutch Passion para sus abejas y parece que les gusta; tal vez, los aromas cítricos sean atractivos. Nicholas nos explicó que su próximo proyecto será cultivar algunas CBD ComPassion (una variedad rica en CBD) para que sus abejas puedan crear miel rica en CBD. También nos contó que sería muy difícil producir grandes cantidades de miel de cannabis de esta forma y que sería más fácil producir cantidades comerciales de este tipo de miel a través de un proceso de infusión de miel "normal". ¡Pero quien sabe! En un futuro mundo con el cannabis legalizado, podría haber miles de hectáreas de plantaciones de cannabis, ¡una excelente oportunidad para los apicultores locales!

La miel de cannabis no es la única forma de miel psicoactiva; en Turquía las abejas crean una miel muy alucinógena conocida como deli-bal (o "miel local"), producida en zonas especiales, que se obtiene a partir de arbustos de rododendro.

Dutch Passion seguirá la evolución de Nicholas y te informará de su progreso con la miel de cannabis y de su trabajo con la miel rica en CBD.